miércoles, 24 de abril de 2019

Reducir la ansiedad y fortalecer la autoestima

Todo nuestro comportamiento en la vida y, por tanto, en los centros educativos viene determinado por algún motivo. Básicamente hacemos "cosas" para defendernos de amenazas o para ser aceptados por los demás. Así pues, si en nuestras aulas vemos conductas disruptivas, abandono o absentismo  se deriva directamente de nuestras emociones. Tenemos que pensar que actuamos en base a nuestro autoconcepto y que este determina nuestra autoestima. Ya que la autoestima es el valor que le damos a las dimensiones que valoramos en el autoconcepto (suma de las partes que conforman como nos vemos como persona: a nivel físico, académico...) Por tanto, nuestro primer objetivo en el aula, si queremos un aprendizaje efectivo, es favorecer la autoestima y reducir la ansiedad.

Esto vale para el alumnado pero también para el profesorado. Un profesional que no esté valorado por el conjunto de la comunidad educativa, que presente ansiedad porque no haya una motivación por parte del Equipo Directivo o un trabajo colaborativo  consensuado con el resto de maestros y maestras será poco empático y carecerá de interés en su labor. Por tanto, todo el proceso de enseñanza resultará afectado negativamente. De ahí que en los centros educativos la labor fundamental de la administración y de las direcciones debería ser empezar por cuidar con mimo las emociones del personal docente, fomentando:

  • las relaciones interpersonales sanas y el compañerismo
  • el trabajo en equipo y la participación
  • valorando e incentivando las buenas prácticas 
  • tomar todas las decisiones de manera consensuada
  • dar a los claustros el liderazgo pedagógico
  • demostrando al profesorado de manera verbal y no verbal que su trabajo es reconocido y su esfuerzo valorado
  • etc
En la infografía que presento a continuación me centro en el alumnado. Se trata de establecer una comparación entre aspectos cotidianos del día a día docente en una parte y en la otra, los expongo modificados o enriquecidos teniendo más presente la importancia del componente emocional en el aprendizaje.

Al fin y al cabo, el cerebro de aprendientes y docentes busca el equilibrio en su regulación química, situación que mediatizará todo el proceso de enseñanza-aprendizaje, de ahí la relevancia de la reducción de la ansiedad en el centro. Llegando en última instancia a depender de los neurotransmisores cuya liberación sináptica depende en gran medida de la empatía y la calidad humana de que dotemos la comunicación entre las personas en el ámbito educativo.

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